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Mostrando entradas de 2011

Fin de año

Lo típico de estos últimos días del año es hacer balance del mismo, pero eso es realmente algo subjetivo (cada uno cuenta la feria según...) ya que si solo somos objetivos podríamos afirmar que este año 2011 no ha sido uno de los mejores. Por tanto, yo me quedo con lo que más directamente me afecta: no me ha ido demasiado mal en lo personal aunque en lo económico y social las perspectivas son pesimistas. Para ello contaré una situación banal que viví esta semana navideña. Por un motivo que no viene al caso tuve que ir a una sucursal de un banco de la ciudad a realizar un ingreso. Al llegar a la misma me encontré con una cola enorme de personas que, como es costumbre en nuestra tierra, opinaban de todos los temas de actualidad a gritos y buscando en mi mirada cierta complicidad que rehusé con entrenada maestría. En la caja sólo había dando la cara una trabajadora que no llevaba un buen día, según pude percibir, ya que siempre terminaba contestando de mal humor a la mayoría de reproche

Sobre la estupidez

Llevo varias semanas sin escribir en el blog un poco desbordado por el trabajo y los acontecimientos políticos. En el segundo caso, he comprobado que no por mucho madrugar amanece más temprano, es decir, que las prisas para tomar el poder eran evidentemente una estupidez. Lo mejor para calmar los nervios es simplemente relajarse y eso hemos hecho. Sin embargo, otros acontecimientos culturales o mejor dicho anticulturales me han animado a escribir esto. El primero fue la declaración de "guerra contra la estupidez" que el escritor británico Philip Pullman hizo durante una conferencia nacional en defensa de las bibliotecas británicas tras la noticia de que seiscientas de ellas van a ser cerradas gracias a los recortes del actual gobierno de Cameron. El segundo acontecimiento anticultural lo leí en  http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/14/cultura/1323863102.html  : la "Revista de Libros" cierra porque la Fundación Caja Madrid ha decidido acabar con ella por la crisis

Las cuevas de La Araña

El día 16, miércoles, asistí en el Ateneo de Málaga a una conferencia  sobre la Prehistoria malagueña. El conferenciante era Julián Ramos Fernández, Director de Investigación de los Yacimientos de La Araña. Todo el que haya leído mi novela, El cráneo de la Araña , podrá comprender lo peculiar de mi presencia allí. Evidentemente, me sentí transportado a otra época y a otra situación inventada, por supuesto, pero que siento como si la hubiera vivido de verdad. Muchas ficciones, si las interiorizas bien, llegas a creértelas. La asistencia a esta conferencia era mínima, pero el contenido fue apasionante. No soy ni historiador ni arqueólogo, pero me interesan estos temas sobre todo si forman parte de mi labor narrativa. Para escribir mi novela tuve que leer varios libros sobre la prehistoria, visitar archivos, bibliotecas e incluso estuve en el Colegio de Prácticas nº 1 de Málaga, que se confunde en la historia de la ciudad   y físicamente con el mismo Ateneo, la Sociedad de Amigos del P

Hoy recomiendo una novela

Como estamos en una jornada de reflexión, he decidido recomendar un libro: Los esclavos de la soledad de Patrick Hamilton. No es la mejor novela que he leído pero me ha hecho pasear por unos callejones distintos del Londres de 1943, un espacio triste y gris que me ha capturado. Está ambientada en un país en guerra, en las afueras de la capital británica, pero sin bombardeos ni destrucción. Los combates parecen lejanos y los problemas son sobre todo personales: las miserias del ser humano, sobre todo. La protagonista, la señorita Roach, parece de carne y hueso. Es una mujer normal que simplemente sobrevive en una pensión mezquina, Rosamund Tea Rooms, con nombre de salón de té pasado de moda y que es en realidad un microcosmos, un símbolo de la soledad, la de los que intentan vivir en sus humildes habitaciones. Un relato que, sin embargo, me ha puesto de buen humor, porque juego con la ventaja de saber que de aquello se salió. Yo soy de los que creo que cualquier tiempo pasado fue peor,

Restauración

Cada vez me recuerda más nuestra España constitucional a la de la restauración borbónica del XIX. Por ejemplo, solo hay que fijarse en la alternancia en el gobierno de los dos partidos principales, ¿no les recuerda a Cánovas y Sagasta? Ahora se trata de gobernar ocho años cada uno, pero cambiando el candidato. Antes se hacía con el gran sistema democrático llamado "pucherazo" y en la actualidad se hace a través de un bipartidismo periodístico y el apoyo de las instituciones que deben velar para que esto no ocurra -o eso creía yo. Un ejemplo lo tenemos en las protestas de la televisiones ante la obligación de repartir los tiempos informativos según los resultados electorales anteriores y no por criterios periodísticos, otro ejemplo son los debates como el de esta noche: cara a cara entre los posibles candidatos a la presidencia del gobierno. Esto y el miedo a las preguntas (por cobardía o inseguridad) hacen que lo de hoy sea poco verosímil. Temas pactados y tiempos acordados.

El origen del hombre

Homo sapiens  y  Homo neanderthalensis  comparten el 99,5% del genoma.  En la Península Ibérica  hay pruebas de la existencia de los neandertales desde los primeros tiempos (hace unos 230.000 años) hasta hace aproximadamente 28.000 años, como indican estudios recientes. L a rápida desaparición de los neandertales tras la irrupción de los  Homo sapiens  en Europa sugiere que estos últimos estuvieron relacionados con la desaparición de los neandertales. Existe otra hipótesis, actualmente casi descartada, que justifica su desaparición por culpa de la última gran glaciación.  Sin embargo, lo más probable es que los neandertales se extinguiesen al no poder competir por los recursos con los  Homo sapiens  (que eran diez veces más numerosos) y fueron desplazados a regiones donde la comida y la vivienda eran más difíciles de encontrar. ¿Qué triunfó? ¿La inteligencia?, ¿la adaptabilidad de la especie?, ¿el hambre?, ¿el frío? o ¿las mayorías? Yo quiero pensar que triunfó el realismo del Homo sa

Sobre las asambleas (II)

Llevo varios días sin escribir nada. Creo, como Golpes Bajos, que corren "Malos tiempos para la lírica", pero lo que ocurrió ayer me hizo reflexionar y me he animado con otra entrada. Viendo las imágenes de las concentraciones de los "indignados" en todo el mundo me planteé lo siguiente: ¿quiénes son realmente? ¿Tienen algún peso? Y por desgracia no he encontrado respuesta para la primera pregunta y sí para la segunda. La variedad es una de sus virtudes: el pensamiento único empobrece; no obstante, la dificultad de poner de acuerdo a tanta gente es un grave inconveniente funcional. La respuesta a la segunda es más triste. Peso creo que no tienen ninguno. Por más que se concentren en la Puerta del Sol o donde sea, el 20 de noviembre subirá al poder el mismo partido que ya se sabe que ganará o, tal vez, el que nos está gobernando, si ocurre un "milagro" socialdemócrata. En verdad, hay más votantes que desean mantener por convicción, ignorancia o miedo, est

Hay recomendaciones y recomendaciones

Cuando decido leer un libro suele ser porque lo tengo a mano: o bien lo he comprado o me lo han prestado. Si voy a una librería, casi siempre ya sé lo que busco, aunque lo que me gusta es pasear entre las estanterías y hojear algunas novelas que me llaman la atención por la portada o el autor. En realidad, la mayoría de las veces suelo buscar libros que me han recomendado. Para mí, las recomendaciones más útiles son las de los amigos, de los que ya sabe uno que son de fiar porque compartimos gustos o tal vez todo lo contrario. Me suelen influir también las críticas de los periódicos o revistas, no tanto por lo que dicen explícitamente sino más bien por la sensación que me dejan sus argumentos. A veces, novelas que aparecen seriamente machacadas por un crítico me atraen porque los motivos que causan su decepción, tal vez, me llamen la atención. Y luego están las obras irrevocablemente buenas desde todos los puntos, que lo son hasta que termino leyéndolas y las pongo en su sitio. Pero

Sobre Pink Floyd

Hasta hoy no había escrito sobre música en este blog. Es imperdonable, pero no había llegado el momento. Sin embargo, el otro día grabé un programa de televisión en el que salían David Gilmour y Richard Wringt, miembros ambos de mis admirados Pink Floyd. En teoría, la actuación era de David Gilmour y su grupo, pero me emocionó más cuando un Wringt ya fallecido interpretó "Arnold Layne", con la voz quebrada. En ningún momento fue nombrado durante el programa de televisión. Era como si no estuviese, como si no existiera. Wringt era un gran músico, aunque más oscuro y menos polémico o famoso que Gilmour o Roger Waters. En realidad, no sé nada de él y eso es lo que me gusta. Lo mejor de los artistas o escritores que admiras es no conocerlos como personas, con sus miserias al aire. Estoy seguro de que me hubieran caído mal Cervantes y Unamuno, prefiero leerlos, me gustan sus libros y con eso me sobra. Entre los miembros originarios de Pink Floyd destacaba evidentemente Syd Barr

El viaje y los viajeros

Cuando uno vuelve de las vacaciones suele tener en la cabeza muchas cosas alejadas de lo laboral que desea contar -aunque siempre depende de cómo haya ido el verano o de la capacidad de desconexión. Pero, cuando escucha lo que los demás han hecho o sufrido, lo de uno, por lo menos para mí, se vulgariza o interioriza. Lo que le ocurre a cada cual es importante en cuanto a que lo ha vivido y es relevante o especial porque lo ha disfrutado y ha tenido el tiempo de saborearlo. Las entradas de este blog relacionadas con mi viaje a Polonia son simples reflexiones, no me he detenido a contarle a todo el mundo, por ejemplo, que en un hotel de Cracovia subí varias plantas cargando con las maletas para intentar esquivar las avalanchas del ascensor y luego descubrí que era imposible abrir las puertas que daban al pasillo de mi planta por dentro, por motivos que no entendí gracias a mi nulo dominio del idioma polaco, y que estuve una hora buscando la manera de salir de allí. Esa anécdota pierde la

Lecturas veraniegas

Luis Portillo, el protagonista de El cráneo de la Araña, cuando volvía de sus viaje "inverso" por Europa comentaba: "Cada camino confluye en otro nuevo. Si queremos regresar por cualquier vía, para empezar, iremos en sentido contrario y lo que veremos ya no es lo mismo." Estoy de acuerdo con Luis -como no puede ser de otra manera-, esta semana me siento como si volviera de un largo viaje, como si algo me hubiera cambiado y no reconozco los lugares comunes. El viaje del que hablo no es el de Polonia, ya hace semanas que regresé, son las vacaciones y mis lecturas. Es importante desconectarse de la rutina de todo el año y una manera de evasión son los libros. Gracias a las novelas que he leído he estado en Madrid con Mendoza, en África, Perú e Irlanda con Vargas Llosa, en la Costa Brava con Bolaño y sobre todo, donde a él le ha dado la gana, con McEvan. Tras Solar,  que ha sido el mejor libro sin discusión, los demás me han dejado sensaciones diversas más o menos e

Viaje a Polonia (III)

Hay ciertos temas tan manidos o delicados que cuesta trabajo tratar. Me he resistido a escribir sobre mi visita a Auschwitz, pero ha sido una momento importante de mi viaje a Polonia y forma una parte imborrable de lo que he vivido este verano. Lo que me queda de esa experiencia no es muy distinto de lo que sentía antes de visitar el campo de concentración: no he descubierto nada que no supiera. Se trata de un asunto peliagudo que desde 1945 ha sido criticado, comentado, interpretado y recreado por directores de cine, escritores, historiadores, políticos, periodistas, etc. Yo solo puedo aportar una descripción de lo que vi y sentí como visitante de Auschwitz y como turista. Hay algo de teatral en la visita. Llevábamos unos auriculares que nos hacían concentrarnos silenciosamente en las palabras del guía brasileño. Empezamos pasando bajo la famosa y cínica inscripción: "Arbeit macht frei" ("El trabajo nos hace libres") y fuimos recorriendo el campo en grupo: éramos

Viaje a Polonia (II)

En El cráneo de la Araña recreo la proclamación del Cantón de Málaga en la actual plaza de la Constitución. Pretendo plasmar la ilusión que rodea cualquier cambio político o revolución en los que los apoyan. Más tarde, en prácticamente todos los casos que conozco, el desengaño suele ser tremendo. Vivimos una época en la que las ideologías tradicionales o revolucionarias han muerto: fracasadas o desfasadas. En Polonia he percibido más que en ningún sitio dicho desengaño. En Gdansk (Danzig) visitamos la plaza Solidaridad justo delante de los astilleros donde se fraguó el origen de la caída del comunismo. Las instalaciones están casi abandonadas, sobraban muchos trabajadores y en la nueva economía capitalista, los astilleros no eran competitivos. Menos paro frente a más libertad. Decían por allí que antes tenían dinero, pero nada que comprar y ahora tienen mucho que comprar, pero no dinero. Sin embargo, añaden que están mejor así. Recordemos no obstante que se trata de un pueblo que par

Viaje a Polonia (I)

Hace una semana estaba atravesando a esta hora un bosque polaco de la vieja Prusia. Decidí escuchar a Kraftwerk en alemán. Pensé que me entrarían ganas de tomar Varsovia, como a tantos otros, pero solo me dieron ganas de mover el pie derecho al ritmo de la música. No hay belicismo en esa música, tal vez tampoco en Wagner. Polonia tiene el defecto de ser el centro de Europa y ha sido la víctima ideal para que sea machacada por todos lados. He visto iglesias destruidas, como la del castillo de Malbork, ciudades reconstruidas para que los nietos de los que demolieron sus edificios puedan venir a pasar sus vacaciones admirando la capacidad de renacer de los polacos. Una historia repleta de invasiones y mala uva. Al polaco le quedan dos respuestas: el resentimiento y la venganza u olvidar los errores a través del nacionalismo obsesivo. Ya sé que ni soy polaco ni he vivido nada parecido: cuando yo nací, todo a mi alrededor llevaba en pie muchos años. Sin embargo, sí he heredado ciertos

Ian McEwan y SOLAR

Siempre que me marcho de viaje intento llevarme alguna lectura relacionada con el lugar que visito, por ejemplo, en Praga a Kafka, en Barcelona a Mendoza, en París a Apollinaire. Cuando en el verano del año 2000 fui a Londres para acabar con el milenio, me llevé Amsterdam de Ian McEwan. Hasta aquel momento no había leído nada de él, solo lo conocía por referencias hacia este y otros escritores británicos contemporáneos, Martin Amis o Julian Barnes entre otros, en la revista Qué leer,  como "la nueva revelación de las letras británicas" que habían llegado para renovar los aires de la agotada literatura inglesa. Lo escogí al azar y acerté. Amsterdam me hizo recorrer Londres de forma paralela y me ayudó a descubrir a McEwan. Cuando leí Expiación , confirmé lo que ya esperaba, que McEwan me había abierto nuevamente las puertas a la mejor literatura inglesa. Otra novela, Sábado me cautivó también y aunque Chesil Beach  fue decepcionante,  Solar, la  última novela que acabo d

Nómadas

Está la Historia y la vida del hombre (legendaria o real) plagada de viajeros con excusas diversas para justificar su nomadismo: que si han pactado con el demonio como Van der Decken, el famoso holandés errante; que si quieren evadirse de la realidad; que si conocer otros mundos; que si tal o cual. Y en verdad todos reconocemos esa sensación instintiva. En el más mínimo momento en el que tenemos la posibilidad de alejarnos de nuestro mundo inmediato, de nuestras obligaciones y conocer otros espacios distintos, buscamos barcos, aviones o bicicletas para salir huyendo. La mayoría estamos en estos días organizando un viaje o ya por ahí (en Japón o haciendo el camino de Santiago) y los que no, algo se lo impide. El ser humano tiene una raíz nómada, qué le vamos a hacer. Si nos acercamos al aeropuerto veremos un enjambre de personas de diversos tamaños y etnias atravesando pasillos sin parar e ingiriendo alimentos constantemente, igual que nuestros antepasados que recorrían senderos

Presentaciones

Con menos de un día de diferencia tuvieron lugar los actos de presentación de dos libros. En el primero, el de  A estas alturas , yo estaba entre el público; en el segundo, El cráneo de la Araña , tras el micrófono. En los dos, Ángel Montilla habló con distinta careta: como poeta y como presentador. Fue una semana mágica y emocionante. Mientras que esperábamos que terminaran de llegar los asistentes a la presentación de mi novela entró el verano y dos días después fue la noche de San Juan. Un halo especial marcó toda la semana pasada. Como esperaba, la presentación de A estas alturas , fue original y amena. En una terraza atestada, escuché los poemas de Ángel Montilla como siempre, con admiración y a la espera de su ingenio. La música: saxo, guitarras y maracas, le dio un toque especial, convirtiendo el acto en un espectáculo fantástico. La presentación de El cráneo de la Araña fue más tranquila, pero no falta de emoción. Tengo que agradecer el interés y la amabilidad de los qu

A estas alturas

Hace ocho años se publicó el libro de poemas Múltiplos de uno de Ángel L. Montilla Martos en la colección Puerta del Mar del Servicio de Publicaciones de la Diputación de Málaga (CEDMA). El proceso de creación del libro lo conocí de primera mano a través de las conversaciones que compartíamos ambos por aquellos años en el recorrido en coche desde Málaga hasta nuestro lugar común de trabajo. Conozco más poetas, pero Ángel es de carne y hueso, otros creen volar por encima de sí mismos. Recuerdo que, al tener el libro en mis manos, comprendí que una cosa era leer un borrador o escuchar lo que eran los haikus  mientras se cruza el puente del Guadalhorce y otra poder saborearlo de una punta a otra varias veces como algo editado. Ahora lo tengo otra vez sobre la mesa y releo con admiración: "Dos soldados conversan en el bajo vientre del caballo de Troya" o "Consagración del invierno". El lunes Ángel presenta su nuevo libro, A estas alturas , publicado también con la Ed

Sobre las asambleas

       En la antigua Atenas se articuló la democracia directa a través de la Asamblea ( Ekklesia ) en la que participaban todos los habitantes que tenían derecho (se excluía a mujeres y extranjeros). Existían instituciones, como el Consejo o los Tribunales, cuyos miembros se seleccionaban mediante sorteo y siguiendo el principio de rotación en los cargos. Este modelo ha sido valorado por muchas corrientes políticas como el prototipo de la democracia y se parece a lo que estamos viendo en muchas plazas principales del país. La experiencia se ha repetido en distintos periodos y países, por ejemplo en la Roma republicana o en las comunas medievales islandesas. No hay nada nuevo. Durante la campaña electoral, cuando todo empezó, era difícil no mostrarse de acuerdo. Se trataba de gente que sale a la calle de manera espontánea a decir que sí le interesa lo que ocurre en su país o en el mundo, pero que no confían en los políticos ni en el sistema y que desean denunciar a los culpables de

LIBRE PARA LEER

Cuando el curso está terminando y acabo con las lecturas obligatorias de los alumnos que me tengo, en general, que releer, me siento liberado. Puedo por fin dejar de tomar notas e inventar preguntas y puedo leer como me gusta: sin la necesidad de recordar. Para mí la lectura es un acto de liberación absoluta. Muchas veces me ocurre que, cuando termino una novela, solo recuerdo algunas escenas o personajes y sobre todo las sensaciones que las palabras me dejan. Puedo olvidar el argumento sin ningún problema. Para mí, normalmente, leer es relajación, placer y enriquecimiento sin obligaciones. Tras Kafka, Galdós y Salinger, por fin puedo comenzar la lectura que me da la gana y tardar lo que quiera, así de claro. Este año he empezado por Garriga Vela, uno de mis novelistas preferidos. He terminado El anorak de Picasso y simplemente he disfrutado con su fluidez e ingenio. El primer libro lo leo un poco afectado por mi trabajo e incluso me dañan todavía las malas puntuaciones y las erratas

Presentación: El cráneo de la Araña en el I.E.S. Pablo Picasso

El pasado jueves 12 de mayo tuve la suerte de presentar El cráneo de la Araña en un acto para profesores y alumnos de bachillerato en la Sala Guernica del I.E.S. Pablo Picasso de Málaga, donde estudié de joven y ahora trabajo impartiendo clases. Pude contar con la colaboración, como presentadores, de dos compañeros y amigos: Lola Ruiz, jefa de estudios, y Pablo Cantos, guionista y director de cine.  Se desarrolló todo de una forma especial. No era como otras veces, un acto abierto, sino algo más íntimo. Eso tiñó lo dicho y escuchado de una atmósfera acogedora y distinta. Agradezco, sobre todo, las palabras de ambos, su apoyo y la confianza en mi novela. No olvidaré tampoco el afecto e interés mostrado por el resto de compañeros y alumnos que asistieron al acto. Tras las intervenciones de Lola y Pablo, leí unas palabras en las que intenté explicar cómo suelo escribir y de dónde salen las ideas. Después, me sorprendió la cantidad de preguntas tanto por parte de los que ya habí

El cráneo de la Araña

Ya está a la venta mi tercera novela, El cráneo de la Araña . Esta vez la publico con la Editorial Círculo Rojo ( http://editorialcirculorojo.com/ ), que trasmite un aire de eficiencia y juventud esperanzadores. Se trata de una narración que mezcla la historia con la ficción conducidas ambas por un joven periodista malagueño, Luis Portillo, que se muestra como un testigo de su época.  El motivo de escribir esta novela es múltiple. Todo empezó cuando comencé a leer ciertos libros relacionados con una época concreta que me llamaba la atención, la segunda mitad del siglo XIX. Galdós y sus Episodios Nacionales me dieron la clave. El escritor canario nos trasmite los hechos históricos a través de los que viven a pie de calle, no como lo haría un estudio docto y frío de un manual especializado. Luis Portillo me sirvió, por tanto, para recorrer la Málaga de aquellos años como un ciudadano que se implica en lo que ocurre a su alrededor: los movimientos cantonalistas, los avances científic

Foto de familia: diez años

Hace ahora diez años de la publicación de mi primera novela, Foto de familia . Evidentemente a estas alturas debo criticarla, es lo normal. Con el paso de los años todo envejece y siempre creemos que lo que hoy por hoy somos es mejor que lo anterior, es la evolución a fin de cuentas. Pero en mi recuerdo sobre aquella publicación se mezclan distintas sensaciones. Yo era otro, evidentemente y escribía otras cosas y de diferente manera, sin embargo, el fondo es el mismo: la necesidad de narrar lo que se me pasa por la cabeza, lo que en un momento determinado deseo expresar. De todas formas la sensación de publicar una novela sí ha cambiado, era la primera y hasta aquel momento todo ese mundo parecía imposible que se pudiera cruzar con el mío. Pero así fue. Sin esta novela no hubiera habido otras. Sin embargo, arrastraba aún lastres irrenunciables. No es una novela autobiográfica pero es la que más lleva de mi propia vida. Poco a poco, narración tras narración me voy liberando de mis de

LECTURA CURIOSA: El loro de Flaubert

Hace tiempo que la influencia de las críticas de otros lectores, manuales o la de las revistas de literatura me afectan poco ya. Llegado a un punto me decido a leer algo por intuición, es decir, casi al azar. Unas veces se acierta otras no. Ahora busco lecturas distintas a lo que he leído antes. Estoy cansado de clásicos y best sellers  y odio todo lo que no se puede expresar en menos de trescientas páginas. Lo último que he leído es El loro de Flaubert de Julian Barnes. Ya había disfrutado con  Arthur & Clarke y no digo que fuese el libro que más me haya gustado, pero cumplió un objetivo doble: sorprenderme y ayudarme a descubrir a Arthur Conan Doyle como escritor y ser humano, y no como el creador de Sherlock Holmes. Con El loro de Flaubert me ha pasado lo mismo, pero su lectura me ha decepcionado. Una cosa es sorprender y otra dejarme con ganas de algo más. Tiene capítulos magníficos y originales como "El bestiario de Flaubert" y es tremenda la crítica a los lect

BUDAPEST

Esta mañana, mientras desayunaba a la española: mollete con aceite, estuve viendo un informe semanal antiguo sobre la desaparición del Pacto de Varsovia. Entre las imágenes que más me llamaron la atención destacaré la vista desde Pest del parlamento húngaro, a la otra orilla del Danubio. Me vino a la cabeza la visita que hice a la capital magiar en el verano de 2004. El edificio de informe semanal era más joven que el de mis recuerdos y sin embargo en televisión parecía una ciudad más gastada que la de mi memoria. El mismo parlamento era más oscuro que el que yo visité años después. Una mañana de las que pasé en Budapest, la perla del Danubio, estuvimos recorriendo algunos barrios burgueses guiados por un húngaro con gran parecido físico a Karl Marx. En cambio, durante todo el recorrido, adornado por sus comentarios cargados de sarcasmo centroeuropeo, descubrimos que odiaba el marxismo o más bien a los soviéticos. En mi mente confundo algunas veces la cara del guía con la del potente

Presentación

Llevo bastante tiempo pensando en crear mi propio blog. Más que una necesidad siento que es una obligación. Vivir fuera de este mundo de blogueros y redes sociales resulta bastante difícil en estos tiempos. Parece, entonces, que no existes. Por tanto, hago coincidir este blog personal con la publicación de mi tercera novela. Ya está en proceso de impresión y en breve podrán disfrutar con ella o eso espero. Se trata de una novela ambientada en Málaga, en el siglo XIX. Intento contar una historia: la de su protagonista, un periodista local, pero al mismo tiempo pretendo repasar aquella época: unos años de utopía, caos y necesidad de cambios radicales que normalmente se frustraron. Es realmente un periodo de ilusiones mal digeridas. Se llama El cráneo de la Araña . Cuando ya esté en el mercado, informaré un poco más sobre su proceso de creación. Aparte de hablar de mis libros, pretendo expresar mi opinión sobre otras lecturas o hechos que me resulten interesantes. Espero que el propio